MONTES DE OCA: UN RATICO A PIE Y OTRO ANDANDO COMO EN SAN FERNANDO.

ETAPA 7: BELORADO-BURGOS.
DISTANCIA: 54 Km.
ALOJAMIENTO: Albergue Amigos del Camino de Santiago de Burgos (4€/persona).
PARTE MÉDICO: El dolor en la rodilla casi olvidado y cada vez menos en las posaderas.

El ambiente en el albergue de anoche fue sensacional, después de cenar cuatro peregrinos nos ofrecieron un concierto. Se creo un momento especial, casi todos los demás escuchando y aplaudiendo mientras ellos se crecían y cada vez lo hacían mejor. Pienso que ni se conocían, pero cada uno llevaba un instrumento y surgió. Así es la vida, a veces suceden cosas que no están controladas por el consumismo y esta sociedad en la que vivimos, y son maravillosas.
Hoy se nos pegaba el saco, nos costaba levantarnos, a pesar de que desde una hora antes había peregrinos haciendo ruido con bolsas de plástico y molestando a los que estábamos durmiendo. A algunos les cuesta entender que no están solos en el mundo y que deberían respetarse algunas pequeñas normas de convivencia.
Sobre las siete y media nos hemos montado en la bicicleta, con un frío terrible, con una niebla en los montes a los que nos dirigíamos que no invitaban a ir hacia ellos, con las piernas duras de los kilómetros acumulados. Así es el camino, momentos de tirar p´alante cuando quizás menos apetece.
Desde Belorado hasta Villafranca de los Montes de Oca todo subida, bastante llevadera pero subida; a partir de ahí, una cuesta de las que se recuerdan con unos paisajes preciosos y, como no podía ser de otra manera, la niebla se ha levantado y el sol ha aparecido. Muchos ratos tirando de la bici, los peregrinos que iban andando iban más rápido que nosotros.
Una vez superado el primer obstáculo del día quedaba bajar hasta Atapuerca. Y mira por donde, el porta botellín de mi bici se ha roto, ¿casualidad o destino? Quizás quería quedarse en esta zona donde existen yacimientos arqueológicos declarados Patrimonio de la Humanidad y dentro de cuatro siglos, cuando quizás no existan los coches ni las bicis, y todos tengan vehículos que vayan por el aire sin contaminar y sin coste alguno porque se autogestionarán, alguno lo encuentre y lo coloque en las vitrinas de un museo.
Desde aquí hasta Burgos una subida tremenda, donde era imposible mantenerse encima de la bici pues era un pedregal, y una bajada interminable para llegar rápido y sonrientes a nuestro destino.
Durante mucho rato hemos pedaleado, o empujado la bici, junto a Miguel Angel y Guillermo. Dos chavales de Madrid que coincidimos ayer en el albergue y con los que hemos charrado bastante. Un saludo desde aquí, que en un cruce de caminos se han equivocado y ya no los hemos vuelvo a ver. También un saludo a Sergio que ha viajado hasta aquí con nosotros, nos ha hecho esta foto y nos ha comentado que él también está escribiendo un blog.
Mientras yo escribo Silvia está poniendo una lavadora y tendiéndola. Cuando los dos acabemos las desiguales tareas saldremos a pasear por la ciudad.
Hasta mañana.